domingo, 29 de abril de 2012

‘El problema no es la lectura, es el libro’

Según la firma de investigación de mercados Raddar, actualmente se lee más, pero hay una fuerte convergencia mediática.


Todo lo que nos han dicho sobre la lectura de libros ha estado desenfocado. Durante años se ha dicho que la lectura de libros en Colombia es baja y que debería mejorar ya que en otros países, mayormente desarrollados, estas estadísticas son más altas; igualmente la mayoría de los estudios que se han hecho sobre nuestra baja lectura de libros apunta a tres grandes condicionantes: el precio, la falta de tiempo y la obligatoriedad de lectura en el colegio.

La industria editorial local ha asumido una serie de posiciones equivocadas que han causado que el mercado del libro se distancie de sus compradores. Esta afirmación surge no solo de diversas investigaciones sino de posiciones mundiales de la industria que ha sabido actuar frente a los cambios del mercado y los flujos tecnológicos.

Recientemente Raddar Consumer Knowledge Group y Views Colombia, en coordinación conjunta con Leonardo Wilches desarrollamos un estudio para la Cámara Colombiana del Libro que partía de comprender el libro como un producto cualquiera y no un bien cultural, con el fin de establecer por qué compramos tan pocos libros, y la verdad no se dieron grandes sorpresas: se demostró que en Colombia los compradores de libros no tienen problema con el precio del libro, ni mucho menos con el tiempo para leerlos, y de ninguna manera el hecho de la obligatoriedad de lectura en el colegio los cohibió, porque simplemente son compradores y consumidores de libros, y por el contrario los lectores que no son compradores nos dejaron ver que el problema del precio no es en sí con el precio, sino con la posibilidad de acceder a este producto por préstamo de un amigo, cercano o una biblioteca, donde el reto de la industria no es el mercado sino la cultura misma.

Durante años sostuve, con poco éxito en el país, que la industria editorial debe actuar como cualquier otra industria de bienes masivos y no seguir amparada en la sombrilla de la cultura, que al final le causa mucho daño.

La percepción cultural que le hemos dado a los libros ha causado una clara idealización del producto, generando un segmento de elite de compradores, una concepción de gratuidad en el mercado, una percepción de educación y formación que han limitado a la industria.

Hoy al libro hay que comprenderlo con un producto más, que requiere ejercicios claros de marketing, canales, manejo de precios y sobre todo una gerencia enfocada a la satisfacción al consumidor y no a mantener un espacio cultural lejano del mercado. Básicamente el futuro de esta industria depende de la “desculturalización” del libro.

SE ACTIVA LA LECTURA PERO NO DE LIBROS

Es evidente que cada vez los colombianos leen más pero no libros, porque es mas divertido y socialmente funcional leer otras cosas, como mensajes de textos, chats, twitts, correos electrónicos, blogs, diarios e incluso comics, porque el libro sigue inmerso en un debate sobre la calidad cultural de los contenidos y en los lineamientos de los procesos editoriales, mientras que a nivel mundial la literatura comprendió, desde la época de la posguerra, que la producción culta es un subproducto de la industria y que lo fundamental es lograr que todos puedan leer, porque hay oferta para cada gusto.

Plantear esta ruptura en la industria no es fácil, porque es cambiar el negocio y sin duda redefinir los activos que estas tienen, más, la tecnología lo esta haciendo por ellos, logrando que un colombiano hoy lea cerca de 1.000 veces mas palabras al día que las que leía hace diez años. Esto se refleja en los inhibidores de compra que hoy tienen los libros en el mercado colombiano, que van mucho más allá de los libros.

La principal preocupación de las personas es tener tiempo libre para compartir con su familia o amigos, porque el rol del trabajo y por esto cuando le preguntamos a los colombianos que haría con una hora más al día, la mayor respuesta es estar con la familia y no leer un libro.

Esto demuestra que la particularidad del libro de ser un momento íntimo limita sus posibilidades en el mercado, que el fenómeno de acumulación de libros en pequeños apartamentos desmotiva su compra y que imaginarios como “leer en el carro es malo”, elimina el consumo.

http://www.portafolio.co/portafolio-plus/%E2%80%98el-problema-no-es-la-lectura-es-el-libro%E2%80%99

viernes, 6 de abril de 2012

América Latina necesita descubrir el placer de leer para tener más lectores

Así se deduce de un estudio elaborado por el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc), un organismo con sede en Bogotá, dependiente de la Unesco y dirigido por el colombiano Fernando Zapata, quien no pierde la esperanza de que la región llegue a tener una "masa de lectores" por placer.

"En el Cerlalc tenemos la percepción de que los índices de lectura están creciendo", señala en declaraciones a Efe.

El centro que dirige Zapata acaba de presentar un estudio comparativo sobre el comportamiento lector y los hábitos de lectura, que abarca a Argentina, Brasil, Colombia, Chile, México y Perú, además de España, que sirve como referente de un país desarrollado.

Está basado en estudios locales, no todos correspondientes al mismo año (2011, 2006 y 2004), y muestra que en promedio más de la mitad de los habitantes de los seis países no lee.

La falta de estudios sistemáticos y periódicos sobre la lectura en la mayoría de los países latinoamericanos es significativa para el Cerlalc, que ha desarrollado una metodología específica y unificadora con el fin de obtener datos fiables que ayuden en la elaboración de políticas públicas de fomento de la lectura.

"Sabemos que en Cuba, por ejemplo, hay una enorme cantidad de lectores, pero no está medido, tampoco tenemos datos de Centroamérica", señaló Zapata.

En lectura de libros Argentina está en cabeza con un índice del 55 %, seguido de Chile (51 %), Brasil (46 %), Colombia (45 %), Perú (35 %) y México (20 %). En España el índice es del 61 %.

Eso significa que, en promedio, el 41 % de la población de todos esos países lee libros, con una frecuencia que va de al menos una vez al mes hasta una vez al año.

Chile y Argentina encabezan la lista de cantidad de libros leídos al año por habitante, con 5,4 y 4,6, respectivamente, frente a los 10,3 de España, mientras que México y Colombia, con 2,9 y 2,2 están en la parte más baja de la escala.

En lo que se refiere a revistas es Chile el país con más lectores: un 47 % de la población dice leerlas con frecuencia, un punto porcentual más que en España (46 %).

En la otra punta de la escala está Colombia, con solo un 26 % de lectores de revistas.

En lectura de periódicos, el líder regional es Perú con un índice del 71 %, bastante cercano a España (78 %) y muy separado de los otros cinco países, pues su seguidor inmediato es Chile con el 36 %, mientras que en México solo el 15 % de la población dice leer periódicos.

Las mayores diferencias entre los lectores de España y los de los seis países estudiados radican en los motivos para leer.

Mientras en España el 85 % dice que lee por placer, en América Latina los motivos más aducidos son la actualización cultural y los conocimientos generales, y las exigencias escolares, académicas o laborales.

Según el Cerlalc, leer por placer marca la diferencia entre ser un lector asiduo o esporádico, y la prueba está en que en el país latinoamericano con un mayor índice de lectura de libros, Argentina, el 70 % dice leer por gusto.

El 55 % de los brasileños lee para actualizar sus conocimientos generales y culturales, y el 35 % de los chilenos por exigencias escolares o académicas.

La razón más aducida para no leer es la falta de tiempo, con porcentajes que van desde el 53 % de Brasil hasta el 28 % de Chile, y en segundo lugar la falta de interés, mayor en Colombia donde esta razón es mencionada por un 67 %.

El estudio demuestra que la forma mayoritaria de acceso a los libros en América Latina es comprándolos, al igual que en España, y en segundo lugar pedirlos prestados a otras personas.

En Colombia, el 31 % pide libros prestados, y en Perú solo el 23 % de los que acceden a libros los compra.

La casa es el lugar preferido por la gran mayoría para leer, pero son más los chilenos que gustan de leer en las aulas (55 %) que en el hogar, y las librerías sigue siendo para todos el principal lugar de compra.

La lectura ocupa un lugar secundario en las actividades de tiempo libre. En los países con más lectores, como Argentina y Chile, aparece en el quinto lugar de las actividades preferidas, por detrás de ver la televisión, escuchar música, reunirse con amigos o hacer deporte.

http://www.dinero.com/negocios/articulo/america-latina-necesita-descubrir-placer-leer-para-tener-mas-lectores/148103